El aceite de pescado omega-3 contiene ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA). Los ácidos grasos omega-3 son nutrientes esenciales que son importantes para prevenir y controlar las enfermedades del corazón.
En los últimos 10 años, muchos estadounidenses han recurrido a los suplementos de aceite de pescado omega-3 , que tienen beneficios para las personas sanas y también para las personas con enfermedades del corazón.
Los hallazgos muestran que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a:
Al igual que el ácido eicosapentaenoico graso omega-3 (EPA), el DHA es abundante en pescados grasos, como el salmón y las anchoas (1 fuente de confianza).
Su cuerpo solo puede producir una pequeña cantidad de DHA a partir de otros ácidos grasos, por lo que necesita consumirlo directamente de los alimentos o un suplemento (2 Fuente de confianza).
Juntos, el DHA y el EPA pueden ayudar a reducir la inflamación y su riesgo de enfermedades crónicas, como las enfermedades del corazón. Por sí solo, el DHA apoya la función cerebral y la salud ocular.
Los ácidos grasos omega-3 EPA y DHA son críticos para la función cerebral normal y el desarrollo en todas las etapas de la vida.
EPA y DHA parecen tener roles importantes en el desarrollo del cerebro del bebé. De hecho, varios estudios han correlacionado el consumo de pescado de las mujeres embarazadas o el uso de aceite de pescado con puntuaciones más altas para sus hijos en las pruebas de inteligencia y función cerebral en la primera infancia.
Estos ácidos grasos también son vitales para el mantenimiento de la función cerebral normal durante toda la vida. Son abundantes en las membranas celulares de las células cerebrales, preservando la salud de la membrana celular y facilitando la comunicación entre las células cerebrales.
Tanto los ácidos grasos omega-3 como los omega-6 son mecanismos significativos de las membranas celulares y son precursores de numerosas sustancias en el cuerpo, como las involucradas en la regulación de la presión arterial y las respuestas inflamatorias.
Existe un creciente apoyo para los ácidos grasos omega-3 en la protección contra enfermedades cardíacas fatales y se sabe que tienen efectos antiinflamatorios, que pueden ser importantes en esta y otras enfermedades.
También hay un interés creciente en el papel de los ácidos grasos omega-3 en la prevención de la diabetes y ciertos tipos de cáncer. 1
El cuerpo humano es capaz de producir todos los ácidos grasos que necesita, excepto dos: el ácido linoleico (LA), un ácido graso omega-6 y el ácido alfa-linolénico (ALA), un ácido graso omega-3. Estos deben consumirse de la dieta y se denominan “ácidos grasos esenciales”.